Mi amigo abrió el cajón de la mesita de noche de su mujer y sacó un paquetito envuelto en un fino papel blanco, este, dijo, no es un simple paquete, es ropa interior, tiró el papel y observó la preciosa seda del conjunto. “La compró la primera vez que fuimos a Paris, hace 8 o 9 años…nunca lo usó”. Lo guardaba para una vez especial, bien, creo que esta es la ocasión adecuada, se acercó a la cama y puso el conjunto al lado de la ropa que llevaría a la funeraria…su mujer acababa de morir y me dijo:
“Nunca guardes nada para una ocasión especial, cada día que vives es especial”.
Todavía pienso como me ha cambiado la vida estas palabras.
Ahora leo más y limpio menos, me siento en la terraza y admiro el panorama sin prestar demasiada atención a los hierbajos del jardín, paso más tiempo con mi familia y amigos y menos trabajando, he entendido que la vida es un conjunto de experiencias para gozar no para sobrevivir. Ahora no guardo nada para las ocasiones, uso los mejores vasos todos los días, me pongo el traje nuevo para ir al supermercado si me apetece…
La frase “un día” y “uno de estos días”…han desaparecido de mi vocabulario, si merece la pena hacerlo lo hago.
No se lo que habría hecho la mujer de mi amigo, si hubiera sabido que no estaría aquí mañana. Creo que hubiera llamado a sus familiares y a sus amigos más íntimos y les hubiera dicho cuanto los amaba sin ningún pudor, a lo mejor habría llamado a viejos amigos para disculparse por antiguas peleas.
Me gustaría pensar que hubiera ido a buen restaurante…
Son esas pequeñas cosas no hechas, las que haría si supiera que tengo las horas contadas…vería a los amigos que estaban en la lista de “ver uno de estos días”… o escribiré esa carta que pensaba escribir “un día de estos”
No guardaría nada para más adelante y mucho menos las risas y la alegría.
Cada día me digo a mi mismo que este es un día especial…cada día, cada hora, cada minuto es especial…
Encontrado en Internet
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