miércoles, 30 de septiembre de 2009

La gente que me gusta


Primero que todo:

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace en menos tiempo de lo esperado.

Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones, la gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente estricta con su gente y consigo misma, pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar.

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo, entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente; a éstos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no fallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente que trabaja por resultados. Con gente como esa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.


Mario Benedetti

COMO UN ÁRBOL


Vivo en un barrio donde abundan los árboles y jardines, donde también hay un pequeño lago con patos y cangrejos rojos. Me gusta mi barrio y siempre que paseo por él, disfruto del verdor y los colores que cada planta o flor tiene, es un deleite para la vista y me hace sentir bien.
Cuando me asomo por la ventana de mi habitación veo un gran árbol, tan frondoso que casi tapa la panorámica del paisaje que se puede divisar desde mi casa, aún así me agrada ver tantas ramas, tanto verde, tantos pajarillos que se refugian en él y me suelen despertar con sus “pío, pío” matutino.
Dicen que el color verde relaja y tiene que ser así, porque contemplarlo me serena, es como un trocito de vergel implantado en mi calle.
Hace unos días como casi cada mañana, al despertar me asomé para ver como había amanecido y me quedé atónita, el árbol, “mi árbol” estaba “pelado”, no tenía ni una hoja, lo habían dejado desnudo, si ramas, sólo el tronco y poco más.
Podía ver todo lo que anterior ocultaba, el horizonte del mar a lo lejos, la calle…pero la imagen me entristeció.
Cuando más tarde bajé a la plaza, comprobé que habían hecho igual con los demás árboles del parquecito, no había ninguno con hojas, me pareció desolador, no entendía quien podía haber quitado tanta belleza de un día para otro. Y Pregunté; ¿Porqué este desastre? (En mi ignorancia sobre jardinería y botánica) un vecino que me oyó y que sabía del tema (era mayor y de zona rural), sonriendo me sacó de mi perplejidad: “Los han podado” No tenía ni la menor idea de lo que me hablaba y volví a preguntar: ¿po… qué?
El hombre entonces, me explicó, que consistía en cortar y quitar las ramas superfluas para que fructificaran con más vigor, y que a eso se le llamaba poda.
¡Claro! Pensé, es como la vid del Evangelio del capitulo 15 de Juan.
“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve más fruto”
Tenía que haberlo sabido, tantas veces que había leído este pasaje, también me acordé del refrán popular. “Árbol que no da fruto, pide sustituto”.
Esto me hizo meditar en mi vida, en cuantas “ramas” tendría el Señor que quitar, para que pudiera dar fruto, mucho fruto y de calidad.
Entonces pensé que cuando las ramas son cortadas duele y que si quería esto tendría que estar dispuesta a sufrir las consecuencias y que mi aspecto podría ser como la del árbol de mi calle, perder color, apariencia, perder cosas muy “mías” y además sería inexplicable a otros lo que me pasaba.
Dios sabe que ramas hay en mí que estorban para crecer vigorosas, para dar fruto maduro, para ser más santa y aunque algunas pueden parecerme que están bien, si Dios las quita es por que no deben estar ahí.
Se que como los árboles podados tardaré en tener los rebrotes a la vista, tardaré en ser bello.
Esta reflexión me llenó de una ilusión especial, no la que se tiene en cosas vanas, sino la que alberga la esperanza en conseguir la excelencia, el ser mejor para mi Dios y para los demás.
Decir que tengo ilusión por algo espiritual, puede parecer poco teológico, no suena muy bíblico, pero es mi verdadero sentir y espero ser alguien que mediante la poda del gran Labrador consiga llegar a dar el fruto espiritual que anhelo, el de Gálatas 5:22.
Podrían ilusionarme muchas cosas, pero no es así, hoy por hoy, mi ilusión está en estar más cerca cada día de Cristo y parecerme a él.
Ser un árbol frondoso, lleno de verdes hojas, como el del salmo 1, o como los de justicia del plantío del Señor de Isaías 61:3b. (Para la gloria suya) o como aquellos árboles de Levítico 23:40, que son; “hermosos y frondosos y que se regocijan delante de Dios”. El salmo 104:16 dice “Se llena de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él plató”.
Mi deseo es, que después de la poda pueda permanecer plantada en la casa del Señor, ser abundante como las palmeras de Elim (Éxodo 15:22) y como árbol plantado junto a corriente de aguas… (Salmo 1:3a)…estar vigorosa y lozana aún en mi vejez, para anunciar que Él es mi fortaleza y que en Dios no hay injusticia (Salmo 92:12-15)
Se que no soy una ilusa, que mi deseo es legitimo y que mi árbol se puede convertir como el de la semilla de mostaza, o como el de mi barrio.
No quiero cosas vanas, sino algo cierto, verdadero y alcanzable…y se en quien lo espero.

Encarni Sánchez

ESPERAR

Esperar en Dios o esperar las promesas de Dios tiene que hacerse con fe, sin ella es imposible soportar la demora de lo que esperamos. Hebreos 11:1 dice que fe es “La certeza de lo que se espera” es decir, que tengo tanta seguridad, estoy tan cierta que lo que espero lo voy a tener, que por mucho que tarde lo esperaré con ilusión, o mejor dicho con esperanza (que es lo último que se pierde) y además aunque no lo veamos, aunque esté lejos, estar convencidos de que es real. La versión Dios Habla Hoy, dice:” Tener fe es tener la plena seguridad, es estar convencido de la realidad de las cosas que no vemos”.
Dice Proverbios 13:12; “la esperanza que se demora es tormento para el corazón, pero árbol de vida es el deseo cumplido” y árbol de vida es aquel del Salmo 1:3, verde, con frutos, vigoroso, porque está plantado a la orilla de un río.
Si nosotros también estamos junto a Cristo que es el Agua Viva y cristalina, seremos como ese árbol, tendremos la fe y la esperanza viva y agradaremos al Señor, pues sin fe es imposible agradarle (Hebreos 11:6)
¿Qué espero? ¿Es de su voluntad?
Esperaré pacientemente… (Salmo 40:1)
…Y aunque tardare, esperaré, porque sin duda llegará… (Hab.2:3)… sabiendo que en el momento preciso llegará.


Encarni Sánchez (Karima)

SOÑAR PARA DIOS.

Si tienes sueños síguelos, si los atrapas aliméntalos, cuídalos y si se vuelven realidad… ¡Celébralos!

“Los sueños añaden ese toque de imaginación a nuestras metas, esa visión a nuestros planes, esa esperanza a nuestra expectativa de futuro”

Soñar, soñar, soñar…”Sin visión el pueblo perece” (Prov.29:18)

“Ensancha el sitio de tu tienda…” Sueña. (Isaías 54:2)

Soñar crea el futuro, los sueños se hacen realidad para los que tienen valor.

Cosas buenas que se desean, que se esperan… ¡ilusionan!

Soñar para Dios…como hacía el pastor Martin Luther King y lo declaraba en sus mensajes… “Hoy he tenido un sueño…”

Sendas Dios hará…

martes, 29 de septiembre de 2009

Frases sabias

Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.

El joven conoce las reglas pero el viejo las excepciones.

Está todo dicho, pero no hay nada hecho.

El éxito es la realización progresiva de un sueño.

Lucha ahora o muere mañana.

Cuando el filósofo señala la Luna, el tonto se fija en el dedo.

El cine ayuda a soñar. La televisión a dormir.

Cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución.

Si quieres ser el más tonto, aparenta ser el más tonto.

¿Qué es un pesimista?. Un optimista con experiencia.

Mejor parecer tonto por callar, que abrir la boca y confirmarlo.

El más difícil no es el primer beso sino el último.

Bienaventurados los que no hablan porque ellos se entienden.

No pidas una carga ligera, pide unas espaldas fuertes.

lunes, 28 de septiembre de 2009

"Las horas perdidas en la juventud son otros tantos remordimientos que guardamos para la vejez"

Tasso
"No hemos de esperar que las cosas cambien;
cambiemos nosotros, y todo estará solucionado"
"SIN PAZ LAS ALEGRÍAS SE CONVIERTEN EN LÁGRIMAS, LOS PLACERES EN DOLOR Y LAS SATISFACCIONES EN AMARGURAS"
(Sagasta)

SÉ, PUES, JUSTO Y BUENO



Hemos de ser justos, hemos de ser buenos,
Hemos de embriagarnos de paz y amor,
Y llevar el alma siempre a flor de labios
Y desnudo y limpio nuestro corazón.

Hemos de olvidarnos de todos los odios,
de toda mentira, de toda ruindad
hemos de abrasarnos en el santo fuego
de un amor inmenso, dulce y fraternal.

Hemos de llenarnos de santo optimismo,
tender nuestros brazos a quien nos hirió;
Y abrazar a todos nuestros enemigos
en un dulce abrazo de amor y perdón.

Olvidar pasiones, rencores, vilezas…
Ser fuertes, piadosos, dando bien por mal:
¡Que esa es la venganza de las almas fuertes
Que viven poseídas de un santo ideal!

“Hemos de estar siempre gozosos”, tal dijo
Pablo el elegido, con divina voz,
Y a través de todos los claros caminos
caminar llevando puesta el alma en Dios.

Hemos de acordarnos que somos hermanos,
hemos de acordarnos del dulce Pastor.
Que crucificado, lacerado, exánime...
para sus verdugos imploró perdón.

Rubén Darío

martes, 22 de septiembre de 2009

MARTA LA HERMANA NO RECONOCIDA


Jesús le dijo a Marta:”Afanada y turbada estás con muchas cosas, pero solo una es necesaria…” y ella se quedó triste pensando que no era comprendida…” Tanto esfuerzo, tanto amor y al final no se lo apreciaban, le dolía mucho que el Señor le dijera eso, porque era verdad que su hermana Maria no se despegaba del Maestro cuando este les visitaba, pero ella no paraba para que todo estuviera en orden y a punto cuando Él se hospedaba en casa. Buena comida, sabanas limpias, etc.…
Marta entendió perfectamente lo que quiso decir Jesús, que debía dejarlo todo cuando él llegaba y sentarse a sus pies cuando les hablaba, y la verdad es que ella se embobaba escuchándole, no es que no quisiera esto, pero entonces ¿Quién cocinaba?, ¿Quién limpiaba todo? Estaba en conflicto, su pensamiento lo tenía dividido, para Maria no había ningún problema, lo tenía claro, no le importaba otra cosa que pasar todo el tiempo de la estancia del Señor, (que podían ser varios días) sin hacer nada, sino escuchar las historias y las enseñanzas de Jesús. A Marta esto le parecía injusto, y ahora cuando fue a quejarse, recibe esta regañina.
Estaba pensando en todo esto, y llegó a decidir que un día lo iba dejar todo y que se sentaría con Maria a escuchar y aprender, como ella…quizás mañana…
No obstante, no podía dejar de hacer lo que ella pensaba que era su obligación, sería por que era la mayor, o porque tenía el don de la hospitalidad o porque Jesús era un huésped muy importante en ese hogar y tenía que estar muy bien atendido, el caso es que no terminaba de entender esa reacción. Pensó: “Qué Maria escuche, yo hago todo sola y luego le pregunto que ha contado Jesús, no será lo mismo, pero así todos en paz” claro que él ya le había exhortado a hacer lo mismo que su hermana, ¿sería que no le importaría comer? Pero la verdad era que cuando ponía la mesa, Jesús comía abundantemente y con ganas. Haré una prueba, pensó; un día de esto me siento a sus pies como Maria y a la hora del almuerzo… ¿a ver que pasa?... pero hoy no, que voy a cocinar cordero y a Jesús le gusta mucho.
Y Marta se metió en la cocina, intentando escucharle desde allí…
Encarni Sánchez
Imagen encontrada den Internet

miércoles, 2 de septiembre de 2009

JESÚS EL "YO SOY"

JESÚS EL “YO SOY” DICE:

Yo Soy la Luz. (Juan 8:12)
Y no me ven

Yo Soy El Camino. (Juan 14:6)
Y no me siguen

Yo Soy La Puerta. (Juan 10:7)
Y no quieren entrar

Yo Soy La Verdad. (Juan 14:6)
Y no me creen

Yo Soy La Vida. (Juan 14:6)
Y no me buscan

Yo Soy El Buen Pastor. (Juan 10:11)
Y no me conocen

Yo Soy El Señor. (Juan 13:13)
Y no me obedecen

Yo Soy el Hijo de Dios. (Juan 3:35-36)
Y no me dirigen oración

Si son desdichados que no me lo reprochen.

El Obstaculo


Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino.
Luego se escondió y observó para ver si alguien quitaba la roca.
Algunos de los comerciantes más adinerados del reino y cortesanos pasaron por el camino, y simplemente giraron y pasaron al lado de la roca.
Muchos culparon al rey ruidosamente de no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la piedra del camino.
Luego pasó un campesino con una carga de verduras.
Al aproximarse a la roca, el campesino puso su carga en el piso y trató de mover la roca a un lado del camino.
Después de empujar y fatigarse mucho, lo logró.
Mientras recogía su carga de vegetales, vio una bolsa en el suelo, justo donde había estado la roca.
Abrió la bolsa y, dentro de ella, encontró una cartera que contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que removiera la piedra del camino.
El campesino aprendió lo que los otros nunca entendieron.
Cada obstáculo presenta una oportunidad para mejorar, si se actúa en vez de quejarse.

(Anónimo)

Romanos 8:28 "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien."
No permitas que los obstáculos que se te presenten el día de hoy se salgan con la suya, al contrario mira más allá y sácales provecho

¡TE SEGUIRÉ!


¡Te seguiré, Señor!,
aunque en mi trigal se malogró la cosecha,
mi higuera me negó su dulzura
y mis sarmientos produjeron amargos agrazones.
¡Te seguiré, Señor!,
aunque canté al fulgor de las estrellas
y el cielo se veló de negros nubarrones.
¡Te seguiré, Señor!,
aunque pinté la mar en calma
y su callado azul se transformó en tormenta.
¡Te seguiré, Señor!
Aunque sembré de rosas mis senderos
y se cubrieron de hirientes zarzamoras.
¡Te seguiré, Señor!,
aunque ya no me quede tiempo para el llanto,
se acerque el final de mi jornada, entone mi última canción
y roto el corazón vaya a tu encuentro, ¡te seguiré, Señor, para poder amarte
!

Pedro M. Borrego
IMAGEN ENCONTRADA EN INTERNET