Engadi "Lugar Fuerte"

Hay un lugar en el desierto de Judá al sureste de Jerusalén y cerca del Mar Muerto, donde surge un oasis llamado Engadi, un lugar lleno de vida, frutos y agua fresca, aunque rodeado de sequedad y solitario.
Un lugar que la Palabra de Dios menciona de manera especial, porque en momentos claves de la historia del pueblo de Israel tuvo un protagonismo singular.
Un lugar que sirvió de refugio a David y a otros, cuando eran perseguidos por sus enemigos y necesitaban sobrevivir o fortalecerse. (1º Samuel 23:29 y 24:1)
Un lugar donde a pesar de estar rodeado por un áspero y yermo terreno, daba frutos jugosos y abundantes y olorosas flores en medio de rocas y peñas escarpadas. (Cantares 1:14)
Engadi era conocido como uno de los oasis privilegiado, por su fortaleza y florida vegetación, llamado “Lugar Fuerte” por ser refugio a todos los que necesitaban esconderse del enemigo, ser acogido, sanado y confortados.
Al meditar en este oasis, pienso: ¡Qué lección más ejemplar a seguir por la Iglesia! como Cuerpo Universal, como comunidad local y cada cristiano en particular, ser un Engadi, un oasis en el desierto...nosotros también estamos rodeados de personas sedientas, perseguidas y que necesitan descanso, personas que precisan sobre todo el AguaViva del Señor, y es una bendición (como Engadi) poder ofrecer todos estos beneficios; frescura, alimento y agua cristalina.
Pero como Engadi hemos ser “Lugar Fuerte”, llenos del poder del Espíritu Santo, rebosante de su fuerza y de su fruto (Gálatas 5:22) dispuestos a compartir todo lo que Dios nos ha dado.
En estos días donde vemos a las personas desorientadas y buscando en sitios equivocados, Dios nos ha puesto a nosotros, a su Iglesia, como referente, faro, y oasis, para que puedan llegar a Jesús y sean revividos y confortados en sus brazos y librados del enemigo.

“Los cristianos como ciudad de refugio y como Engadi, oasis en el desierto”

Encarni Sánchez (1997)