sábado, 21 de marzo de 2009

Dame un monte


Cuando se cumplen los cuarenta, se acabó eso de ser joven; ni que decir de los cincuenta, más de lo mismo. Cuando alguien tiene a sus espaldas sesenta años, se considera que está entrando en la senectud y a los sesenta y cinco..... a viajar con el Inserso, abuelete....
La verdad es que todo esto me parece muy injusto. Conozco a personas de treinta y cinco a las que todavía “les falta un hervor” y gente de sesenta y cinco, con la cabeza impresionantemente bien amueblada y...... prefiero ni tocar el tema de las mujeres y su aspecto físico..... Me encanta el personaje bíblico de Caleb, tenía ochenta y cinco años y -tal como el Señor le había dicho- como sus días era su fortaleza y, tan cierto era esto, que se lo recordó a Josué y le dijo: “Dame ahora este monte” Si Caleb me gusta, Moisés me fascina, pasó sus primeros cuarenta años pensando que era alguien, pasó sus siguientes cuarenta años pensando que no era nadie y pasó sus siguientes cuarenta años viendo lo que Dios puede hacer con un “don nadie”. Con ochenta años dirigió a toda una nación cruzando el Mar Rojo y, a través del desierto, hasta la frontera de la tierra prometida contando con ciento veinte años. Noé dice la Biblia que era un varón justo, “con Dios caminó Noé” y fueron sus días ciento veinte. Encontráis alguna similitud en todos estos personajes??.....Por supuesto!!!..... todos y cada uno de ellos eran personas de Dios, caminaron a su lado, aprendieron a sus pies, perfeccionando así sus vidas y Dios les bendijo sobremanera. Recordáis la vida de Benjamin Franklin??..... Con setenta años inventó las gafas bifocales. Con cuarenta inventó las prensas para imprimir con electricidad. Fue fundador de la universidad de la liga Ivy con cuarenta y cinco años. El fundador del correo estadounidense??...Benjamin Franklin, treinta y uno. También con treinta y uno, inició el departamento de bomberos. Con cuarenta y tres, inventó el pararrayos. Y, mucho más hasta la edad de ochenta y cuatro años de edad. Qué me decís ahora de los los cuarenta, los cincuenta, los sesenta, o -incluso- los ochenta??...... Aún así, en palabras del salmo noventa, nuestra vida es como un soplo. Aprovechémosla, vivamos cada día al lado de nuestro Dios, seamos arriesgados y osados como lo fue Caleb y, tal vez hoy, podamos decir como él.... “Dame un monte”
Colaboración de Beatriz Garrido.

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