miércoles, 1 de diciembre de 2010

LOS AROMAS INVADEN SUS ALMAS


Las jóvenes isleñas

recogen lilas y violetas

al atardecer.

Cantan,

el ritmo caribeño

de sus canciones

acompañando

a la tibia brisa

que trae el mar lejano.

A lo lejos,

las ondulaciones del terreno

muestran el dorado

fulgor del sol

que se va apagando lentamente.

Los amplios sombreros

cubren

sus bellos rostros morenos.

Cantan

cantan un son

que se apodera del lugar.

Ahora son felices

entre las perfumadas flores.

Ahora son felices

porque son libres.

Ya no tienen un amo,

la esclavitud que sufrieron

es como un sueño remoto y doloroso.

La vida se va tornando

dulce y festiva.

Los aromas

invaden sus almas

y permiten la ilusión

de un futuro perfecto.

Ana Rey

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